Judas Priest. Sábado 8 de noviembre de 2008. Estadio Luna Park - Bs.As., Argentina.
MG
La peregrinación del metalero uruguayo a Buenos Aires tuvo otra edición el fin de semana del 8 y 9 de noviembre, para ver nada menos que a Judas Priest, los mismísimos Metal Gods, la banda de heavy metal por antonomasia. En esta ocasión, se trató de una fecha doble en el célebre Luna Park. Afortunadamente, nada de largas colas. Revisación policial mediante, nos instalamos en una de las tribunas, mientras sonaba una ignota banda en el escenario ubicado sobre la Av. Madero. Faltando menos de una hora para Judas, había bastante espacio en el campo y muchísimo en las cabeceras.
La puntualidad inglesa esta vez no fue tal y el comienzo del show se demoró 15 ó 20 minutos (estaba pactado 21.30 hs). La gente más cercana al escenario no dejaba de moverse y todo el estadio reclamaba con cánticos y aplausos la presencia de la banda de Glen Tipton. Con “War Pigs” como introducción —todo un homenaje a, quizá, la única banda más legendaria que la que nos convocaba— y, ahora sí, con un campo repleto, empezó el ansiado show. El arranque fue con “Dawn Of Creation”/“Prophecy”, con un Rob Halford encapuchado y blandiendo un báculo cuya punta reproduce el isotipo de la banda. El frontman aparece de repente de adentro de una de las tarimas ubicadas a los lados del escenario y canta todo el tema así, en esa posición y de perfil. Enganchadita, vino “Metal Gods” —un himno— y la siguieron varios clásicos más: “Hell Patrol” (qué temazo), “Between the hammer and the anvil”, “Breaking the law”, “The Hellion”/”Electric Eye” (¿querían más himnos?). Para esta gira rescataron varias joyas del cajón de los recuerdos, las cuales no habían sido tocadas en muchos años, décadas en algunos casos: “Eat me alive”, “Devil's child”, “Dissident Aggressor”, “Rock hard, ride free” y “Sinner”.
Los momentos en que bajó un poco la adrenalina fueron las interpretaciones de “Death”, del último disco (un tema lento y pesado, sin mayor destaque) y “Angel”, una balada bastante insípida de Angel Of Retribution. Lo atractivo del primero es que Halford lo canta sentado en un trono —muy elaborado, con calaveras y todo tipo de ornamentos— que aparece a través de una puerta ubicada en la tarima de la batería. Con respecto al segundo, sirvió para bajar un poco las revoluciones y apreciar con detenimiento la espectacular voz del pelado.
Más tarde sobrevino una tormenta sonora denominada “Painkiller”, para que se armara un pogo infernal, el más violento de la noche. En el centro del campo se abrió un círculo, como un remolino en medio del mar, y ahí los muchachos se dieron con ganas. El poderío y la contundencia de Judas se basa, en parte, en la destreza de Scott Travis. El tipo es un monstruo: fuerza, velocidad, precisión. Además se sobra; siempre está haciendo juegos o malabares con los palos.
Los bises llegaron con ruido de motor de Harley-Davidson. “Hell Bent For Leather” fue el comienzo del final, para dar paso a “The Green Manalishi (With The Two-Pronged Crown)” y, después del “oh, yeah!” entre Halford y la gente, “You've Got Another Thing Comin’”. Y no, no me estoy olvidando de ningún tema; no tocaron “Living After Midnight”.
Un setlist muy diferente al de 2005 en Ferro, pero igual de espectacular. Sonido, luces, profesionalismo, himnos del metal, telones varios —genial el de Nostradamus, con las luces rojas en los ojos— y un escenario magnífico.
Qué decir de Rob Halford... El tipo regresó y le devolvió a la banda su verdadero valor y status. Se roba el espectáculo gracias a su presencia, su histrionismo, sus cambios de vestuario y, obviamente, su voz. ¿Cuántos vocalistas cantan en una Harley o sentados en un trono?
Setlist Judas Priest, 8 noviembre 2008
Intro
Prophecy
Metal Gods
Eat Me Alive
Between The Hammer And The Anvil
Devil’s Child
Breaking The Law
Hell Patrol
Death
Dissident Aggressor
Angel
The Hellion/Electric Eye
Rock Hard, Ride Free
Sinner
Painkiller
Hell Bent For Leather
The Green Manalishi
(Oh Yeah!)
You’ve Got Another Thing Comin’
