TIM “RIPPER” OWENS – Herrumbre – Cuerno Negro. Miércoles 3 de noviembre de 2010. Bluzz Live, Montevideo, Uruguay.
Ingresé a Bluzz Live en plena actuación de Owens y pude presenciar cómo el combo, armado para la ocasión, ejecutaba una docena de canciones en el caluroso recinto. En este video, grabado para el sitio Valvular TV, se los puede ver realizando “I’m a Viking” de Yngwie Malmsteen.
Tim Owens jugó su juego, que consiste en girar por la región reclutando músicos locales para ejecutar un set compuesto fundamentalmente por clásicos de Judas Priest (Breaking the law, Diamonds and rust, Electric eye, Hell bent for leather, Painkiller...). A estos hay que sumarle dos o tres de los temas más destacados de su pasaje por las filas del grupo de Glen Tipton, como Burn in hell (Jugulator) y One on one (Demolition). El set se completó con algunas canciones de su debut solista, Play my game, de Beyond Fear (Scream machine, The human race) e incluso I’m a Viking de Yngwie Malmsteen. También fue homenajeado Ronnie James Dio con una muy disfrutada versión de Children of the sea.
Sin dudas, Ripper estuvo acompañado por excelentes músicos: los muchachos de Siria, Territory y Cuerno Negro la descosieron, se tocaron todo. Se sabían los temas al dedillo y disfrutaron muchísimo compartiendo escenario con el vocalista estadounidense.
El ex Judas demostró muy buena onda, tanto con el público como con sus ocasionales compañeros. Prometió volver, tal vez con Beyond Fear. Ripper transpiró la camiseta, literalmente, además de la camisa, campera, etc, etc. Para aliviar el calor se mandó una cerveza bien fría (algo así como “cerveisha” en su rústico español), que disfrutó sin disimulo, acotando: “En EEUU tenemos que ponerla en una bolsa de papel”. Otra de las frases que dejó el cantante, cuando no lograba leer qué tema continuaba en el setlist: “¡Es el fuckin’ setlist más chico que vi en mi vida! Tengo 43 años, ¡no puedo leer!", bromeó (en inglés, obviamente). En otro momento, hasta corrigió la pronunciación de alguno de los headbangers vernáculos, que solicitaba alguna canción de la actual banda de Owens. “¿'Baión' Fear? ¡Beyond Fear!", subrayó el cantante, siempre sonriente.
Herrumbre subió al escenario para tocar con Owens y, aparentemente, se pusieron de acuerdo allí mismo, sobre el escenario, en qué tema iban a interpretar. El tema en cuestión fue Electric Eye, coreadísimo por el público. Los de La Paz se dieron el gusto de tocar con el ex vocalista de Judas Priest, una de sus bandas de culto y gran influencia para los ya veteranos metaleros de la escena local.
Un toque disfrutable, con gente de todas las edades, desde adolescentes hasta gente cercana a los cincuenta. Bluzz Live (ex La Barraca) luce remozado, muy prolijo y bien ambientado. El sonido fue regular, tal vez demasiado alto y saturado para las dimensiones del local.
Es de destacar la calidad de Tim Owens como vocalista: canta realmente muy bien, llegando a notas altísimas y con una polenta bárbara. ¿Está bien que la mitad del setlist esté compuesta por clásicos grabados por Rob Halford? Como espectador, sin dudas. Además, Ripper llegó a donde llegó por cantar en una banda tributo a Judas Priest llamada British Steel. Tal vez en un futuro, sus presentaciones sean más equilibradas, mechando más temas de su disco solista, que, la verdad, no están nada mal.
Ingresé a Bluzz Live en plena actuación de Owens y pude presenciar cómo el combo, armado para la ocasión, ejecutaba una docena de canciones en el caluroso recinto. En este video, grabado para el sitio Valvular TV, se los puede ver realizando “I’m a Viking” de Yngwie Malmsteen.
Tim Owens jugó su juego, que consiste en girar por la región reclutando músicos locales para ejecutar un set compuesto fundamentalmente por clásicos de Judas Priest (Breaking the law, Diamonds and rust, Electric eye, Hell bent for leather, Painkiller...). A estos hay que sumarle dos o tres de los temas más destacados de su pasaje por las filas del grupo de Glen Tipton, como Burn in hell (Jugulator) y One on one (Demolition). El set se completó con algunas canciones de su debut solista, Play my game, de Beyond Fear (Scream machine, The human race) e incluso I’m a Viking de Yngwie Malmsteen. También fue homenajeado Ronnie James Dio con una muy disfrutada versión de Children of the sea.
Sin dudas, Ripper estuvo acompañado por excelentes músicos: los muchachos de Siria, Territory y Cuerno Negro la descosieron, se tocaron todo. Se sabían los temas al dedillo y disfrutaron muchísimo compartiendo escenario con el vocalista estadounidense.
El ex Judas demostró muy buena onda, tanto con el público como con sus ocasionales compañeros. Prometió volver, tal vez con Beyond Fear. Ripper transpiró la camiseta, literalmente, además de la camisa, campera, etc, etc. Para aliviar el calor se mandó una cerveza bien fría (algo así como “cerveisha” en su rústico español), que disfrutó sin disimulo, acotando: “En EEUU tenemos que ponerla en una bolsa de papel”. Otra de las frases que dejó el cantante, cuando no lograba leer qué tema continuaba en el setlist: “¡Es el fuckin’ setlist más chico que vi en mi vida! Tengo 43 años, ¡no puedo leer!", bromeó (en inglés, obviamente). En otro momento, hasta corrigió la pronunciación de alguno de los headbangers vernáculos, que solicitaba alguna canción de la actual banda de Owens. “¿'Baión' Fear? ¡Beyond Fear!", subrayó el cantante, siempre sonriente.
Herrumbre subió al escenario para tocar con Owens y, aparentemente, se pusieron de acuerdo allí mismo, sobre el escenario, en qué tema iban a interpretar. El tema en cuestión fue Electric Eye, coreadísimo por el público. Los de La Paz se dieron el gusto de tocar con el ex vocalista de Judas Priest, una de sus bandas de culto y gran influencia para los ya veteranos metaleros de la escena local.
Un toque disfrutable, con gente de todas las edades, desde adolescentes hasta gente cercana a los cincuenta. Bluzz Live (ex La Barraca) luce remozado, muy prolijo y bien ambientado. El sonido fue regular, tal vez demasiado alto y saturado para las dimensiones del local.
Es de destacar la calidad de Tim Owens como vocalista: canta realmente muy bien, llegando a notas altísimas y con una polenta bárbara. ¿Está bien que la mitad del setlist esté compuesta por clásicos grabados por Rob Halford? Como espectador, sin dudas. Además, Ripper llegó a donde llegó por cantar en una banda tributo a Judas Priest llamada British Steel. Tal vez en un futuro, sus presentaciones sean más equilibradas, mechando más temas de su disco solista, que, la verdad, no están nada mal.
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